Embarazo, lactancia y maternidad (I)

Aniversarios

El 23 de noviembre está en un rojo muy intenso en el calendario de mi hogar. Fue el día de nuestra boda y dos años después, justo hoy un año atrás, el día que nos enteramos de que estábamos esperando un bebé, la expresión máxima de nuestro amor. 

Este post será el primero de varios sobre mi nuevo estatus: el de madre. Desde hace meses me apetece muchísimo compartir mi experiencia durante el embarazo, el parto, los inicios de la lactancia… y sobre todo, sobre lo que está suponiendo para mí maternar, mi verbo preferido desde hace, exactamente, 3 meses y 23 días. Pero he tenido que aprender a esperar, porque ahora los tiempos, los marca mi hija y hoy, por fin, saco unos minutos para comenzar a compartir en este rincón de la red lo vivido hasta la fecha.

Muchas mujeres, antes o después en nuestra vida, nos imaginamos cómo será estar embarazadas. Son pocas aquellas que de niñas no han introducido un cojín bajo su ropa para jugar a las mamás y dar biberones a sus muñecas, ya que hemos crecido, quisiéramos o no, con el rol de cuidadoras impuesto y en ese rol se incluye, por supuesto, la maternidad. En mi caso, siempre tuve claro que quería ser madre. Sabía que en mi corazón había un lugar reservado para criar, no sabía si sería un sueño cumplido, pero hoy que ha llegado, me ha traído muchas sorpresas y autoconocimiento.

El embarazo, el comienzo de todo, ha sido en mi caso una etapa convulsa. Lo viví con miedo, en ocasiones con dolor, con muchísima ilusión, con alegría, con impaciencia… Nunca pensé que podría sentir tanta felicidad y tanto temor a partes iguales, ahora entiendo mucho de ese proceso y es lo que me gustaría poder expresar en estas líneas.

Hoy miro a mi hija y comprendo por qué todos esos sentimientos se dan cita en los 9 meses que estás gestando, son la antesala, el prólogo de una historia de amor en la que el corazón te late por y para una personita que depende 200% de ti. Esos miedos, esa impaciencia porque pasen las semanas y llegar a la próxima ecografía, por sentir la próxima patadita, por saber que todo está bien, es la formación que nos da la naturaleza para afrontar el día a día una vez que conoces al amor de tu vida. Durante el embarazo me sentí en muchas ocasiones agotada, no dormía bien, tuve fuertes dolores de cabeza, otros me dolía la tripa por el crecimiento… No siempre es fácil lidiar con toda esa preocupación, como no lo es lidiar con el miedo a que cualquier cosa pueda pasar una vez que tienes a tu bebé.

CELIA-6Vi transformarse mi cuerpo, “tuve suerte” me dicen, porque no engordé demasiado, lo cierto es que me daba igual. Fue una de las partes más maravillosas del proceso, ver crecer mi tripa y saber que mis pechos podrían dar alimento a mi hija (ya hablaremos de esto, porque no fue tan sencillo). Me sentía bella, poderosa, serena y en paz con mi físico, como nunca antes lo había estado. Fue reconfortante poder liberarme de la presión de un cuerpo normativo durante esos meses, que me diera igual si marcaba o no con la ropa… Ojalá  y lleguemos a liberarnos de verdad del yugo de la estética impuesta.

 Luces y sombras de un proceso que te regala los sentimientos más grandes que puedes experimentar, un sinfín de primeras veces que te llenan el alma y el cuerpo, pero que no siempre es tan sencillo como meterse un cojín debajo de la camiseta y dar biberones. Sin embargo, sí puedo decir que es tan maravilloso como saber que tu corazón y el suyo han estado latiendo juntos dentro de ti, que has creado una vida, que la has alimentado y que tu cuerpo tiene una fuerza que nunca antes habías podido imaginar. (Continuará…)

 

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